Seguí caminando hasta dar a un avismo inmenso, me asome despacio y con cautela por la orilla, el vertigo casi me arroja al fondo; tras mi, una pradera infinita matizada en los colores del otoño y la primavera, mire a mi derecha y vi un gran roble, robusto como ninguno, seco, que extendia sus ramas por las nubes y se perdian en nuevos espacios, a mi izquierda un sauce, que lloraba todas sus andanzas y de sus lagrimas nacia un rio que corria hasta el avismo al que miro denuevo. Desde el horizonte una bandada de aves cruza mi vista y rompen la parsimonia de este retrato. Bajo mis pies la dulce hierva se entrecruza con mis dedos, tratando de hacernos uno, de que no nos separemos jamas. No se donde estoy, ni como llege, pero me siento bien.
El sol comienza a difuminarse entre las nubes tras horas de quietud, lo miro y quiero hacerlo, no espero detenerme, bueno de hecho quiero detenerme, que todo quede como esta y permanecer aqui por siempre, hasta que me aburra (cosa que dudo). Siento como el viento pasa, como la brisa me toca, como los aires me llevan y se llevan algo de mi, lo siento; de la misma manera siento y me doy cuenta que ellos me traen algo, así como llevan algo de mi a otros lugares infinitos. El viaje no termina. Me alegra saber que tengo mucho que ver y adquirir aun, que quedan muchas cosas por venir, que falta; que no estoy listo. Me emociona por un lado, darme cuenta que siempre tendre algo que aprender, cosa alguna que integrar, y por otro, que si puedo aprender se tambien enseñar. Muchas veces trato de enseñarme a mi mismo.
Seguí caminando, sentado como estaba ante el astro, hasta que comenze a hundirme, creo que la hierva ya no esperara, creo que la tierra no aguanta más, quiere volver a ser como era, busca que todo vuelva a su lugar, a su origen y eso me incluye. Poco a poco cai, sentia como penetraba entre las capas del terreno, como los minerales se impregnaban en mi piel. Siento como el barro quiere consumirme. El aire se acaba, de hecho ya no esta, pero no lo necesito, al menos eso creo, me siento diferente. Todo comienza a volverse obscuro y consistente, cuesta moverse, por más que intento es en vano, ya estoy dentro, lo sé y depronto caigo, como nunca lo habia hecho, caigo de tal forma que no me lo creo, inconsistente, no se que hago y en eso veo el sol, tal como lo recordaba, como lo esperaba, como tiene que ser. Aunque despues de un instante tras observarlo realmente me percato de algo diferente en el, hay algo que no calsa; esta cuadrado. No me sorprende; despues de todo puede que Dios se halla aburrido de los circulos y halla decidido que hoy fuera un cuadrado, o, puede que las fuerzas entre los atomos y las posteriores dispociciones de la materia hallan variado, cambiando asi las relaciones que conocemos, incluso puede que Dios halla realizado ese cambio, quien sabe, cualquier cosa puede ser.
Quiebro una rama del roble, me percato de lo humeda que esta, es más, cuando la quiebro, el agua escurre y salpica mi mano, esta helada, muy fria. Aun cuando sostengo la rama en mi mano, el agua gotea por un extremo. Sobre la arena trazo algunas palabras, trato de dibujar y de sorprenderme a mi mismo. Sobre mi trazo comienza a brotar una tierna hoja, y así y así una tras otra, aparecen flores de diferentes colores y tamaños, algunas tan cautivamente como la mirada que alguna vez me perdio, otras tan inusuales como las oportunidades; una tan espontanea como mis deseos y la ultima, la ultima que vi crecer fue tan intrigante que no la entendi, me miraba y no sabia donde ocultarme; tenia solo un petalo como centro, estaba formada por todos los colores en su maxima exprecion y a la vez no podia distinguirlos unos de otros, creo que no tenia tallo y sus raizes al final varaban en mis manos y penetraban la llema de mis dedos.